Un perrito faldero.

Esto sucedió un fin de semana en la casa del pueblo de una amiga, si llego a saber que su padre tenía un gran danés no hubiera ido ni loca, siempre me han dado miedo los perrazos grandes.
Mi madre dice que era debido a un trauma infantil, algo que sucedió cuando yo solo tenía 3 años y que no recuerdo, pero según contaba ella siempre, estaba tarándome de un tobogán en un parque cuando un cachorro de pastor alemán se abalanzo sobre mi, al llegar al final de mi deslizamiento y empezó a chupetearme toda yo no sabía, si quería morderme ó que, cuando el realidad el cachorrote ya crecidito solo quería jugar, pero yo me aterrorice y desde entonces los perros no eran santos de mi devoción.
Es más cuando veía uno grande, la adrenalina se me disparaba y los perros que aciertan a oler el miedo con su agudizado olfato siempre me gruñían y más terror aun me provocaban.
Pero volviendo a mi historia que quiero contaros, cuando llegué a la casa del pueblo y vi aquel perrazo negro, se me apretó el culo del canguis y le dije a mi amiga: ostias tía como no me has dicho esto, no sabes que me dan miedo los perros grandes.





Ella me intento tranquilizar diciendo, este perro es un buenazo, no te preocupes no te hará nada es muy tranquilo. Lo primero que hizo el cuadrúpedo fue empezar a olerme toda y como no, metió su hocico en mi entrepierna para deducir mi sexo como si de un reconocimiento ginecológico se tratara.
Mientras yo ruborizada intentaba apartármelo del coño, mirando de reojo al padre de mi amiga que estaba allí presente, pensaba joder este hombre pensará que me canta el conejo.
Mi amiga le dijo al chucho ya esta bien TRONCO, la miré estupecta por que jamás había oído a mi amiga pronunciar una palabra del argot callejero, ya que ella es una chica muy pajilla y bien educada, de remilgado comportamiento.
Ella me miró como diciendo con la mirada ¿que te pasa? Y yo para quitarle hierro al asunto pregunté
y ¿como se llama esta criatura de Dios? Tronco respondió tan campante, a lo que yo pensé de inmediato: Ahhh….ya decía yo, que raro que usará esa palabra y más delante de su padre, un hombre muy serio y culto. Jajaja solté una carcajada para intentar evadir el miedo que aún me producía el bicho y pregunté: ¿quien le puso ese nombre? Mi hermano contesto ella, mientras yo intentaba hacerme amiga del caballo percherón que tenían por can, acariciándole la cabeza y el lomo. El cabrón del perro, cogió fijación con migo y me seguía constantemente, intentado de nuevo meter su morrillo en mi chichi. Que situación tan comprometedora, me sentía fatal, pero tenía que salir del paso como fuera, así que a base de caricias intentaba quitármelo de entre las piernas.
Subimos a la habitación para deshacer la maletilla de fin de semana y mi amiga tubo que ordenarle que se fuera a su sitio, porque no me dejaba ni a sol ni a sombra.
Después bajamos a cenar con sus padres y la abuela Paterna de mi amiga, estuvimos charlando cordialmente de todo un poco y al poco de terminar mi amiga dijo vamos a dar una vuelta por el pueblo para enseñarle a Sonia la marchuqui de este pueblo.
Era un pueblito pequeño de cuenca, que solo tenía dos pafetos y como mucho cinco bares normales.
Pero lo cierto es que no lo pasamos mal, se acercaron a nosotras dos chicos que ella conocía y la verdad eran bastante graciosillos, aunque no muy agraciados físicamente. Esta foto es de aquella noche.
Cuando volvimos a la casa de madrugada el perrito volvió a ser mi sombra durante un buen rato que estuvimos picando algo en la cocina, aunque ya no me producía tanto miedo, íbamos cogiendo buen rollo respectivamente, me apoyaba el morrillo sobre una pierna mirándome como suplicando más caricias.
Y cuando nos fuimos de nuevo hacia la habitación mi amiga le volvió a ordenar que se fuera a su enorme cojín que ella denominaba “su sitio”.
Por la mañana mi amiga me despertó muy pronto diciéndo: Sonia voy a llevar a mi madre y mi abuela al hospital que se ha puesto mala, esta mujer esta con un pie aquí y otro allí.
Yo medio dormida pregunté ¿y tu padre?.
Se ha ido de caza con sus amigos, se va todos los sábados bien temprano y no vuelve hasta después de comer, ¿que hora es? pregunté, a lo que ella contesto medio susurrante: muy pronto, van a ser las ocho, pero no te preocupes sigue durmiendo y cuando te despiertes ya sabes donde esta la cocina, puede desayunar lo que quieras, hay magdalenas y pan por si quieres hacerte unas tostadas, coge lo que tu veas, estas en tu casa.
Seguí durmiendo hasta casi las 10:30 momento en el que me desperté, por unos ladridos del perro, me quede pensando en la cama, joder que miedo bajar, estoy sola con el jamelgo, espero que siga tan amistoso como ayer, porque si no me cago viva.
Me tire despierta en la cama otra medía hora, sin atreverme a bajar, pero el hambre mañanero me obligo a echarle valor y por fin me decidí a enfrentarme a mis miedos.
Abrí la puerta del cuarto y baje las escaleras despacio intentando no hacer mucho ruido
De pronto otra vez ladridos del perro, me acerque al salón donde estaba su sitio y descubrí a tronco en plena orgía sexual con su cojín, nada más verme vino hacia a mi ladrando y moviendo el rabito de lado a lado y haciéndome unos quiebros con sus patas como jugando é incitándome a mi a jugar con él.
Sonreí y dándole unas palmaditas en la cabeza le dije: vaya hombre que contentito estas y me encamine hacia la cocina para buscarme el desayuno, no sin antes asomar mi cabeza para verificar que no había nadie más en el salón y mirando al pasar por las habitaciones de abajo, que también estaban vacías.
Entre en la cocina y busque en la nevera la leche y descubrí un tarro de un potingue argentino que me encanta y que no compro porque engorda muchísimo y se que me comería los botes doblados, al verlo pensé: ummm dulce de leche, así que lo agarré y busque el pan para hacerme una tostada como había dicho mi amiga, encontré el pan de molde junto a las galletas maría y las magdalenas y sobre la cocina una sartén de esas con ondas antiguas, encendí el fuego y puse dos rebanadas , que se tostaron mientras removía el cola-cao. Ya estaba degustando la magnifica crema cuando apareció tronco
Moviendo el rabito con su miembro totalmente fuera, esa picha roja fosforito que tienen los perros y que en esta ocasión era de un tamaño a proporción con el resto de su cuerpo perruno, es decir: enorme.
El dichoso can seguía teniendo la fijación de olisquear mi entrepierna y para desviarle de allí se me ocurrió darle un pequeño trocito de mi tostada. Le encanto se relamía como un loco todo el morro y me pedía más llorando con ese chillidito interno que hacen los perros cuando suplican algo.
Al ver él manejo de su enorme lengua no pude evitar pensar: joder si en vez de meterme el hocico en el coño me lo lamieras con esa lenguota, tu y yo nos haríamos muy buenos amigos, jajajaj… me eche a reír yo sola pensando para mis adentros: joder tía… jjajaja hasta donde puede llegar tu depravación, que estas pensando… eso se llama zoofilia, intentando quitarme a mi misma la idea que se me estaba pasando por la mente, pero mi coño por lo visto no opinaba lo mismo que mi conciencia, porque empecé a notar mis pulsaciones reflejadas en el clítoris síntoma inequívoco de excitación sexual y poco a poco mi mente empezó a preguntarse porque no pruebas, como experiencia debe ser la leche, mis ojos se iban sin querer hacia la minga encarnada de aquel canino y hacia su lengua que seguía rebuscando restos del dulce entre lloriqueos y empujoncitos con el morro en mi pierna que yo mantenía cruzada sobre la otra para mantener mi coño a buen recaudo del bichejo aquel.
Una de las veces que me empujo con el morro, casi pierdo el equilibrio y me caigo del taburete en el que estaba sentada, así que buscando más estabilidad las descrucé y las abrí de par en par, Tronco no tardo ni un minuto en meterse entre ellas, mientras pedía más golosina con su chirriante llanto, no… no, que te quedas ciego le dije amarrándole la cabeza y acariciándolo, mis masajitos en su cogote le gustaban tanto que bajo la cabeza metiendo de nuevo su morrillo en mi coño solo cubierto por mi tanguita ya que lo único que llevaba era una camiseta de manga corta con la que había dormido y el tanga que llevaba ya unas cuantas horas impregnado de mi flujo desde la tarde anterior.
Ostias el cabrón del perro metió su morrillo ahí y empezó a relamerse y a lamerme por encima del tanga, la fuerza de su lengua descoloco ese pedacito de tela y me lo entremetió entre los labios vaginales y entonces si note si lengua en mi coño.
Joderrr… pensé cuando este empezó a lubricarse solito al sentir esa lengua y pensaba también será que mi amiga le tiene amaestrado a esto, porque como sabe el mamón donde ir, pensé también vamos a ver que hace si se lo ofreces tal cual, así que me saqué el tanga y abrí mis piernas para ofrecerle mi coñito al natural bien abierto y no os imagináis el placer que me producía con sus lamidas, tanto que se me ocurrió darle un poco más de dulce pero puesto allí, abrí el bote y metí mi dedo untado de un pegote de dulce para comprobar si mordía por el ansia y que va lamia y lamia como un poseso, así que lo metí pase por mi raja y le dejé relamerla durante más de 20 minutos en los que me subieron unos calores que nunca había sentido, a tronco parecía encantarle la mezcla de mis fluidos vaginales con dulce de leche y yo le acariciaba la nuca diciendo así muy bien perrito bueno, no me vayas a morder lame… lame así muy bien.
Los ojos se me iban hacia la polla asalchichada del perro, e incluso llegue a cotarle por fuera la piel que le recubre a lo que el claramente demostraba agrado y excitación, pues intentaba subírseme encima, apoyando sus patas sobre mis piernas, pero pensaba joder anda que si llegan ahora las tres Marías ó el padre.
Así que le bajaba diciendo Nooo tronco noooo…baja, abajooo, me costaba un esfuerzo terrible hacerme con él y ese descontrol me empezaba a asustar y a poner nerviosa.
Así que como pude me puse de pie y me senté sobre la mesa para estar más alta que él y apoye mi pie sobre el taburete para seguir espatarrada poniendo mi coño a disposición de su lengua , pero no de su picha, hasta que en una de esas intensas lamidas me corrí sobre la boca del perro que se bebió literalmente toda mi corrida y que ya al verlo un poco exaltado y deseando clavarme su minga, decidí engañar dirigiéndome como pude hacía el patio de la casa y engañándolo para dejarlo allí encerrado.
Momento en el que pude irme tranquila a la ducha, para la lavarme bien, pues por un lado me daba algo de asquito pensar lo que había pasado momentos antes.
Cuando salí de la ducha y me vestí llame a mi amiga, que me dijo ya estoy saliendo para allá, he llamado a mi padre para decirle que no se enrolle mucho que su madre esta ingresada y me ha llamado mi chico que ya ha vuelto de su viaje, así que cuando llegue nos vamos para Madrid que estoy deseando verle, vale la dije, entonces recojo mi mochila y ¿ la tuya? Si gracias me dijo, oye añadí yo, he metido a tronco en el patio, tía que ya sabes que me da yuyu y estando sola con él más aún, si no le pasa nada dijo ella, porque este un rato allí, mis padres le dejan también ahí cuando van a tardar en volver, tiene allí su agua, su comida y espacio amplio para moverse, si ya lo he visto dije, por eso lo he dejado ahí.
Cuando mi amiga llego metimos las mochilas en el coche y nos largamos y por el camino la dije: yo lo siento tía pero me dan pánico los perros grandes, así que no pienso volver a no ser que me digas que no estará.
Pensando para mis adentros, no vaya a ser que se acuerde y quiera terminar la tarea que estaba empeñado en hacer.
Y riéndome yo sola al pensar: joder …chica, no puedes tener un macho cerca, a todos les despiertas sus instintos animales, sean de la especie que sean.

Sonia Rox.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nena soy un perrote bien vergon y unos huevotes de toro te meto toda mi lengua en tu vagina y te doy una buena culiada que te lmando los huevos adentro y quedarnos pegados como perros en celo

Anónimo dijo...

Soy un papi maduro bien culion vergon soy salvaje culiando que hago traquear la cama y te mando los huevos adentro de la vajina y te dejo bien reculiada y quedarnos pegados como perros en celo con tu macho mami