Intento de violación.

Esto que voy a contaros, es algo verídico que me ocurrió cuando solo contaba con 19 añitos. Adjunto fotos de cómo era por aquel entonces.

Y espero que al iros adentrando en la historia no sintáis un fuerte dolor de huevos al poneros en el lugar del personaje en cuestión. Aunque si os cave la posibilidad de poneros en su lugar (violador) quizás os venga bien saber que no siempre tendréis la suerte de topar con  mujeres débiles y asustadizas. También podéis encontraros con una como yo y salir bastante mal parados.
Corría el año 1989, aquella tarde noche, estaba con mis amigos en una disco que había por aquel entonces muy cerca del parque de San Isidro.
Me propusieron irnos a otro sitio después de allí, así que acepte diciendo: OK! pero entonces voy a llamar a mi madre, para que no se preocupe y sepa que pienso llegar tarde. Me salí a la calle encaminando mis pasos hacía una cabina de teléfonos cercana.
Al terminar mi conversación  y colgar el auricular, empuje las puertas abatibles del pequeño habitáculo. En cuanto estaba fuera, apareció de la nada un tipo que me sorprendió de frente, me agarró fuertemente y me coloco un estilete en el cuello, mientras me tapaba la boca con una mano que casi no me permitía respirar.
La punta de la navaja se hacía sentir claramente bajo mi mandíbula, me dio un giro colocándose junto en mi espalda y  se acerco a mi oído, diciendo: si se te ocurre gritar te rajo el cuello de lado a lado puta, camina…ordenó, obligándome a encaminar mis pasos en dirección al parque que estaba prácticamente desierto. Me adentro en él y tras unos matorrales me volvió a girar hacía él, soltándome un bofetón a mano abierta, que por unos segundos me dejó desubicada del todo por el fuerte impacto y el giró drástico de mi cabeza tras recibir semejante tortazo. Me obligo a ponerme de rodillas ante él y amarrándome fuertemente del pelo hacía atrás lo cual dejaba mi cuello totalmente expuesto a su bardeo, me dijo: no se te ocurra gritar ó es lo último que haces, ¿te queda claro?… yo asentí con la cabeza, dentro de lo poco que podía moverla.
Casi no podía ofrecerle resistencia y al ver que me sometía perfectamente dijo:
Muy bien zorrita, así me gusta y  ahora me la vas a comer…
Pensé de inmediato: Hijo de puta, claro que te la voy a comer y te voy a arrancar el cacho, cabrón.
Se saco su minga de mierda y me la metió en la boca, al principio me daban unas arcadas que no podía controlar, pero pronto la voz de mi conciencia empezó a  decirme:
Vamos Sonia, déjate de ascos, tienes que ser lista y mantener la sangre fría, esmérate piensa que es la de X (el gran amor de mi vida, con el que salía por aquel entonces y que aquella noche por desgracia no estaba conmigo) para no morirte de asco.
Tienes que conseguir que se confié y que guarde la navaja. Inmediatamente desaparecieron las arcadas y comencé a tragarme aquella polla, con un ritmo constante.
Demostrando un dominio espectacular del francés, el tipo no podía parar de decir:
Ummm, joderrr que bien tragas, que buena puta eres, trágatela toda zorraaaa enganchándome de la nariz para atraerme hacía su pelvis, lo cual me producía al taponarme golpes de tos por la asfixia. Soporte eso dos veces y a la tercera reclame: Joder tío pero tu que quieres, que te la coma ó que me asfixie, coño déjame que te la coma a gusto ¿o es que no te gusta como lo hago? Si  claro que me gusta puta, menuda boca tienes guarra, contesto de inmediato a lo que yo le corté diciendo: joder pues entonces… déjame,  lo estoy haciendo lo mejor que puedo para darte gusto, pero deja de ahogarme, entre las cogidas de nariz y la navaja no puedo concentrarme , me despisto cuando la veo relucir, coño no te hace falta eso guárdala de una puta vez, no ves que estoy haciendo todo cuanto me pides, quieres que te la coma te la como quieres follarme y  me follaras. Me pareció increíblemente tonto, pero el muy imbecil la cerró y se la guardo en el bolsillo trasero de su vaquero.
Al verlo pensé: ya eres mío cabrón,  te vas a cagar,  pero me dije a mi misma:  sigue así  Sonia vas muy bien,  deja que se relaje y cuando este a punto de correrse le pegas un “bocao”,  tipo pitbull,  haciendo presa y zarandeando con fuerza.
Estuve lamiendo y tragando profundamente esa polla haciéndole un trabajito oral, que ni  la mejor de las profesionales hubiera podido superar. Y en cuando vi que sus ojos se ponían en blanco de placer, apreté mis dientes con todas mis fuerzas cerrándolos casi en su totalidad.
 Lógicamente el dolor que le produje le hizo al instante soltarme una fuerte ostia, que  provocó de inmediato un desgarro absoluto ya que yo no solté con facilidad.
Caí hacía atrás en el suelo y al hacerlo me di cuenta de que llevaba unas botas Dr Martín con la punta de acero, como las que llevan los rapaos y que podreís apreciar en esta foto y pensé:   patéale cual  skin-head.
El se había hincado de rodillas en el suelo, sujetando con sus manos la polla que sangraba a borbotones y retorciéndose de dolor, antes de darle tiempo a recuperarse me puse en pie le agarré con todas mis fuerzas de los pelos y le empotré su nariz contra mi rodilla flexionada, dejándole atolondrado y caído en el suelo, me agarré a un árbol cercano y comencé a propinarle patadas en la cabeza con todas mis fuerzas.
Recuerdo que sonaba a hueco mientras le repetía: Toma hijo de puta, así que trago bien ehhh!, pues trágate tu esta y esta, pedazo de miiierrrrdaaa, te voy a machacar los putos sesos, cabrón. Cebándome con saña y propinándole fuertes golpes con la punta de acero en su puñetera cara, que sangraba ya por todas partes.
De pronto me di cuenta de que no se movía y el pánico se apoderó de mí, pensé “joderr…lo he matao” estaba chorreando sangre por la boca y la nariz y ya no se agarrabá la polla, si no estaba muerto, al menos si inconsciente, por lo que aproveche para salir corriendo despavorida sin pensar en que dirección, simplemente corrí con todas mis fuerzas, sin darme cuenta atravesé una calle y unos faros que se me echaban encima me obligaron  a parar, pues estaban a punto de atropellarme ó mejor dicho al revés yo les atropellaba a ellos, instintivamente intente parar ese coche que se me echaba encima con mis manos, apoyando estas sobre el capó y entonces lo vi.
Sobré el capo dibujado el escudo de la nacional y al levantar la mirada hacía la luna la sirena y la cara perpleja de los dos policías que iban dentro.
No era para menos, el cuadro que ellos veían desde dentro,  era el de una chica presa del pánico con el pelo totalmente revuelto, los ojos corridos de rimel de las lágrimas que me habían hecho soltar las arcadas y la boca y el cuello bañados en sangre. Recuerdo perfectamente que se miraron el uno al otro y acto seguido salieron del coche, el que conducía llego a mi más rápido y yo me eché a sus brazos, desmoronada y agarradome fuertemente a su cintura, rompiendo a llorar con hipo, como la niña asustada que en realidad era.
Me decía intentando tranquilizarme: ya, ya esta, tranquila, estamos aquí.
Levante mi mirada hacía aquel agente,  que más me parecía en mi delirio, un arcángel de grandes alas y me sentí a salvo por fin.
Luego miré a su compañero y señalando con el dedo le dije temblorosa: esta ahí…
El encendió su linterna y se adentro entre los matorrales, mientras el que me sostenía en sus brazos me decía con dulzura acariciando mi cabeza: cálmate, ya pasó todo.
En dos minutos, apareció su compañero que traía esposado con las manos atrás al cabrón, chorreando sangre por todas partes. Pude apreciar que le hacia un gesto al que estaba conmigo iluminando con la linterna la cara y la polla de aquel puto mierda. Como diciendo sin palabras: mira que despojo humano.
Joderr!… exclamo el que estaba con migo, que  pregunto asombrado:  ¿eso se lo has hecho tú?
Yo afirme con la cabeza, mientras observaba como el otro introducía en la parte trasera del coche patrulla al desgraciado aprendiz de violador.
A lo que el policía respondía: Vaya… pues…has sido muy valiente. Ahora sabes lo que toca ¿verdad? No podremos retener a ese cabrón si no pones la denuncia, así que tendrás que venir a comisaría y contarnos todo lo que ha pasado, esperemos que ese hijo de puta haya consumado la violación con alguna pobre mujer, para poder enchironarlo.
Voy  a pedir que venga otro coche patrulla para que te lleven a comisaría y puedas declarar ¿OK? Yo afirme de nuevo con la cabeza y se acerco al coche pidiendo refuerzos por la emisora. Mientras el otro se acercaba a mi preguntando ¿como te llamas? Sonia conteste escueta, el preguntó nuevamente: ¿y cuantos años tienes Sonia?
19 respondí. A lo que el contesto: joder…pues tienes unos ovarios muy bien puestos, para ser tan joven, tengo que quitarme el sombrero, ojala todas las mujeres fueran tan valientes como tú, tendríamos muchas menos victimas de las que tenemos a diario.
Mi declaración en comisaría fue un ir y venir de agentes que se pasaban por allí para verme la cara porque no daban crédito al destrozo que le había producido al impresentable aquel y que se cochandeaban entre ellos al ver al personaje en tal estado. El agente que me tomó declaración, me estrecho la mano al terminar diciéndome: Enhorabuena guapa, por el valor y el coraje que has demostrado, lastima que no le hayas arrancado el cacho de cuajo. Los compañeros que te encontraron te llevaran casa y te llamaremos si lo necesitamos por ejemplo para una rueda de reconocimiento.
Ah!  y por favor no cambies nunca, eres toda una súper mujer y no puedo decirte más que …Ole tu coño.

Sonia Rox .

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